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Es un tratamiento no intrusivo con la función de rejuvenecer la piel del rostro. Consiste en colocar unos hilos de polidioxanona (PDO) bajo la dermis que la tensan para eliminar la flacidez y ofrecer un aspecto rejuvenecido. Este procedimiento se lleva a cabo mediante la inserción de los hilos tensores con una aguja muy fina. Estos, se enganchan a la piel por medio de unas espículas, y generan el efecto tensor. Se disponen de manera tal que forman una estructura vectorial para conseguir un mayor efecto tensor.
La sustancia del que están hechos los hilos es reabsorbible, es decir, el cuerpo los tolera y los asimila. La duración de los efectos depende de varios factores, en primer lugar, de los hilos, si son espiculados, pueden durar hasta 12 meses. También afectan la exposición al sol, el metabolismo individual o el acto de fumar.
No se necesita cirugía para realizar este tratamiento, pero sí es necesaria la anestesia local. La intervención es rápida, la duración de la sesión es, aproximadamente, de 30 minutos. Los efectos surgen desde el momento en el que se realiza el tratamiento, pero de una forma parcial, pasado un mes, se verá al completo.
El tiempo de recuperación tras el tratamiento es de una semana. Se aconseja, durante estos días no tocarse la cara fuertemente, ni hacer ejercicio físico de contacto. Evitar, también, las piscinas y las saunas. El tratamiento podrá tener un efecto adverso en aquellas personas con enfermedades autoinmunes. Tampoco se recomienda en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
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